Esta reliquia de restaurante, fundada originalmente en 1937 en el barrio de Greenwich Village es uno a visitar sin falta cuando estén por Nueva York. En aquellos años Minetta Tavern era frecuentada por personalidades como Ernest Hemingway, Ezra Pound, Eugene O’Neill, E. E. Cummings, Dylan Thomas, and Joe Gould, entre otros escritores, poetas y personalidades importantes. Luego de años cerrada fue re-abierta en 2009 por el experimentado restauranteur Keith McNally dueño de varios famosos comedores, entre los cuales nombro a Lucky Strike, Balthazar, Pastis y otros. Reservamos de antemano pues el lugar siempre está lleno de par en par. Después de un cóctel en la barra que es un must, pasamos al salón, el cual da la impresión de estar en una taberna parisina. Comenzamos con Pâté de Foie, acompañado de jalea de arándanos, crumble de pistachos y tostadas de pan levain (sourdough), de la panadería Balthazar. Perfecto para comenzar cuando hay apetito. Seguimos con uno de los más famosos aperitivos del lugar, el “Roasted Bone Marrow” (huesos de res con tuétano asados) acompañados de chalotes confitadas y tostadas de baguette. Estaba delicioso, yo soy fanático de este manjar. Aunque este restaurante es famoso por sus carnes, quisimos probar el Filete de Rodaballo Rallado, hecho al horno, que estuvo sabroso. Aquí también son famosas las hamburguesas y por supuesto la probamos también la llaman el Black Label. Hecha de “prime dry-aged beef” y cubierta de cebolla blanca caramelizada, estaba sabrosa y jugosa, la recomiendo. Y no podía faltar el Filet Mignon au Roquefort, envuelto en tocineta ahumada en “applewood”. Cocido a punto perfecto, y con una guarnición de espinacas y cebollas perlas salteadas y cubierto de salsa de queso roquefort. Un excelente pedazo de buenísima carne. ¿De postre? uno de mis favoritos, el Fondant de Chocolat, acompañado de tres diferentes helados. Una delicia al paladar. Los vinos que nos acompañaron fueron, Els Jelipins, Cataluña, España. Un tinto de las uvas Sumoll y Grenache, con una nariz balanceada con profundas notas de frutas negras maduras y toques florales. En boca muestra gran textura y recuerdos de cerezas confitadas, taninos elegantes postgusto largo. El segundo fue M. Chapoutier Crozes-Hermitage Les Meysonniers, Francia. De color rubí con aspecto elegante y bouquet a moras salvajes y campo mojado. En boca se portó explendoroso dando expresiones de fruta negra y taninos balanceados. Ambos vinos nos dieron un maridaje ideal. La carta de vinos es muy buena y el sumiller conoce su negocio. El servicio amable y el ambiente me gustó, pues aunque hay bastante bullicio se pasa muy bien. Yo recomiendo este lugar. Están ubicados en el #113 Macdougal St, New York, NY. Tel. +1 212-475-3850
Pâté de Foie
“Roasted Bone Marrow” (huesos de res con tuétano asados)
Filet Mignon au Roquefort
Fondant de Chocolat